
A mi padre
NI un abrazo
Ni una herencia
Ni siquiera un incesto
Nada con que odiarte
Tus bellos ojos azules
Siempre estuvieron gélidos
Tus manos temblorosas
Nunca palparon mis huesos
Y ahora que busco amantes
Que acaricien el lugar de la herida
Te recuerdo y te lloro
Como si estuvieras muerto
Yo no soy ésta que demuestro ser
Siempre estoy cinco minutos atrás
Siempre tardíos
Siempre a contra mano
Siempre, siempre tan doloridos
Tanta amalgama para tanta nada
Contra todo para ser algo
Soy todo y no soy nada
No lo sé nombrar
No sé de palabras
Que alcancen para explicar
Tanto dolor embrutecido
Tanto, tanta nada de nada