Araucaria excelsa
Apenas una plántula
que miro de rodillas abajo,
al cabo de esta luz
procedente de ya no sé quién sabe
cuántos años,
se elevará en el aire
en incontables rosas de los vientos
de vaivén delicado,
como un aluvión verde
que ya lanza sus flechas
en pos de alguna estrella
a cuya voz callada
llamándola de lo alto
asciende en el silencio
de las nubes de marzo.
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