Instituto Literario de Veracruz

El pozo

El pozo

III

 

Desde esta soledad en que la sueño

amurallado de silencio insomne

(salto hasta el corazón adolescente)

vuelvo a mirar su techo de palomas

y a tocar su cintura de verdes naranjales

 

cuando el aire tranquilo

bebía la sangre dulce de los cañaverales

sin pensar todavía

ir a correr tras los azahares

entonces nos robábamos las cañas

de góndolas que lentas navegaban

por un río de durmientes

garroteros del viento nos quedaban

el placer en los dientes

y la miel en las manos

pero el agua era mansa

la represa y la curva fueron siempre

magníficos pretextos para olvidar el álgebra

el paisaje tenía

el corazón amargo para la geografía

el toque de las cinco

era en RE sostenido

ella y yo nos veíamos y comenzaba el tiempo

cogidos de la mano recorrimos el mundo

más allá de su blanco caserío

juntos nos iniciamos en el hondo misterio

de darse largamente por los poros del alma

la lenta miel oscura del deseo

y el pan de la esperanza.

 

IV

 

Parece como si hubiéramos caído

al fondo del espejo

tu mano entre mis manos es reflejo

de nuestra añeja historia

y aunque nos debatimos

en reanudar los hilos de la trama

es inútil y gris

tú viajas hace tiempo en un tren velocísimo

y yo me quedo atrás en el andén desierto

demudado y gesticulante

como un pasajero desesperado.

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