Un mundo
Para Claudia
UN MUNDO guarda el gato en la mirada
y en ese ámbito pleno de guarismo
esconde avaro el sol de nuestro abismo;
absorto en el silencio, es una espada
ese ojo precursor del cataclismo,
capaz de anonadar la vida en cada
fulgurante silencio de su nada,
en cada instante vacuo de uno mismo.
(El tigre es otra historia.) Este pequeño
ha sabido pasar del descampado
al corazón mudable de su dueño.
Modulado en la voz, de andar pautado,
el gato va de embajador del sueño
a procónsul del cielo constelado.
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