Instituto Literario de Veracruz

Tres poemas

Tres poemas

A flor de piel

 

Nunca vi nervios a flor de piel, pero siento

la dulzura del polen y dejo la lengua deslizarse

por tu cuerpo. Dicen que los nervios se reflejan

en los intestinos. La flor de los intestinos se cura

con la flor del yogur. Es un universo completo:

de la flora a la fauna intestinal, de pliegue en pliegue,

la vista de la montaña, la fiesta de los valles

y pequeños seres despertando

en lo cóncavo, en lo invisible lleno de promesas.

Debe ser terrible tener los nervios a flor de piel,

calmarlos con masajes suaves hasta que se marchiten

o dejar los nervios en la superficie

como un erizo de tierra, un erizo de mar

si vives en el litoral. Es un mundo peligroso.

Es la hora. Llevo mi piel a la calle

presa por la correa del reloj.

 

Traducción de Rafael Antúnez

 

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