A flor de piel
Nunca vi nervios a flor de piel, pero siento
la dulzura del polen y dejo la lengua deslizarse
por tu cuerpo. Dicen que los nervios se reflejan
en los intestinos. La flor de los intestinos se cura
con la flor del yogur. Es un universo completo:
de la flora a la fauna intestinal, de pliegue en pliegue,
la vista de la montaña, la fiesta de los valles
y pequeños seres despertando
en lo cóncavo, en lo invisible lleno de promesas.
Debe ser terrible tener los nervios a flor de piel,
calmarlos con masajes suaves hasta que se marchiten
o dejar los nervios en la superficie
como un erizo de tierra, un erizo de mar
si vives en el litoral. Es un mundo peligroso.
Es la hora. Llevo mi piel a la calle
presa por la correa del reloj.
Traducción de Rafael Antúnez