
Augusto Frederico Schmidt
El gran momento
La ventana era batida por los vientos del mar.
Los árboles tenían flores que caían hacia la muerte con la lentitud de las lágrimas.
Los veleros enfilaban hacia el crepúsculo con las alas cansadas y blancas, despidiéndose.
El tiempo huía con una dulzura jamás sentida.
Pero el gran momento era cuando mis ojos
conseguían entrar en la noche fresca de sus ojos…