
A la luz de lo que pasa
Las cosas van tomando el sitio exacto.
Pierden sus límites la puerta y la ventana
para explotar el cuarto en colores;
ecos de sonrisa, visiones azul y rojo
insinuadas apenas en la sombra.
Botellas, frascos, libros y cerezas,
aparecen despacio y arrebatan
lo poco que me resta de memoria.
A un lado del teléfono
Dejó la bocina en su sitio
como si de algo sacro se tratara
piadosamente
Sensible como era a la luz
cercana a los cabellos sueltos
abrió las cortinas
y quedó desnuda
Sin dejar de ver a la lluvia
voltear de cabeza a la ciudad
se acomodó en la cama
y esperó
A contraluz
Despierta
cuando la mañana descorre
entre las manchas de la lluvia
las sombras
y se diluye en viento
el cielo mentolado
Su contorno
en el umbral de la puerta
evoca la media noche
Detrás
un chapoteo de pájaros
enciende el agua del estanque